Aunque su
función en el metabolismo vegetal no esta plenamente aclarada, existe
evidencia indirecta que indica que este elemento participa en el
transporte de azúcares (Devlin, 1982).
Es esencial para la germinación
de los granos de polen, el crecimiento del tubo polínico y para la
formación de semillas y paredes celulares.
Forma también complejos
borato-azucares y es importante en la formación de proteínas.
Los
cultivos varían ampliamente en sus requerimientos de este nutriente, en
su tolerancia a altos o excesivos niveles de B y a su habilidad para
absorber el elemento del suelo (Eaton, 1944).
El rango de toxicidad para
niveles adecuados de B es más pequeño que para los otros
micronutrientes. Es absorbido por la planta en forma de H3BO3
y B(OH)4
La deficiencia de B generalmente detiene el
crecimiento de la planta, primero dejan de crecer los tejidos apicales y
las hojas más jóvenes.
Las flores y frutos son afectados por la carencia
de este nutrimento.