Las plantas absorben la mayoría del P como el ion ortofosfato
primario (H2PO4-). Las plantas
también absorben pequeñas cantidades de P como ion ortofosfato
secundario (HPO4=).
El pH del suelo influye en gran parte en la absorción de estas dos
formas de P por la planta . Las plantas pueden utilizar otras formas
de P, pero en menores cantidades que el ortofosfato.
El P desempeña un papel importante en la fotosíntesis, la
respiración, el almacenamiento y transferencia de energía, la división
y crecimiento celular y otros procesos que se llevan a cabo en la planta.
Además, promueve la rápida formación y crecimiento de las raíces.
El P mejora la calidad de la fruta, hortalizas y granos y es
además vital para la formación de la semilla.
El P está involucrado en la transferencia de característica
hereditarias de una generación a la siguiente.
El P ayuda a las raíces y a las plántulas a desarrollarse
rápidamente y mejora su resistencia a las bajas temperaturas. Además,
incrementa la eficiencia del uso del agua, contribuye a la resistencia de
algunas plantas a enfermedades y adelanta la madurez.
La primera señal de falta de P es una planta pequeña. la forma
de las hojas se distorsiona. Cuando la deficiencia es severa, se
desarrollan áreas muertas en la hoja, el fruto y el tallo. Las hojas
viejas se afectan antes que las jóvenes.
Un color púrpura o rojizo, asociado con la acumulación de azúcares,
aparece a menudo en plantas deficientes de P.
En muchos cultivos, la deficiencia de P es difícil de detectar
en el campo. En ciertas etapas de crecimiento, la deficiencia de P
causa que el cultivo presente un color verde oscuro.
Debe estar siempre atento para detectar la presencia de plantas
anormalmente pequeñas y, cuando sea posible, confirmar esta deficiencia
visual con el análisis de suelo y/o foliar.